Internet no es la solución: imposible vivir sin tecnología

Hemos pasado del optimismo tecnológico inicial donde internet globalizaría el planeta beneficiando a todos, a una interminable cadena de críticas en contra. El sueño de que Internet crearía un mundo más democrático e igualitario se esfumó creando una nueva casta de milmillonarios que lo dominan como un negocio.

Ahora es una autoviolación de nuestra intimidad, un vértigo digital que nos lleva a un inútil torbellino de atosigamiento y esclavitud comunicacional. Internet debido al afán de exhibicionismo, confesiones íntimas y actualizaciones narcisistas es un perfecto aparato de vigilancia que utiliza sin ningún tipo de escrúpulos a los internautas como materia prima para generar ingresos que van a parar a las arcas de solo unos pocos privilegiados con prácticas oligopolísticas como Google o Amazon o…, en definitiva, Internet se ha monetizado. (Andrew Keen, escritor y analista especializado en la web, internet y el mundo digital)

El dispositivo electrónico de conectividad como algo más que una herramienta, éste forma parte de nuestras vidas y junto a Internet tiene mucho poder psicológico, creándonos un problema de relación con los demás, con nosotros mismos, en definitiva nos estamos acostumbrando a estar juntos en solitario. Es casi imposible mantener una conversación sin que nuestro interlocutor nos coloque en modo pausa para mirar su e-mail o responder una llamada.

El lema sería: comparto, luego existo, para qué esforzarme con la amistad si con la tecnología me siento cómodamente conectado. Amor, amistad, trabajo, se puede controlar desde la punta del dedo, sin las complicaciones de una relación cara a cara. (Sherry Turkle: Doctora en Sociología y Psicología de la personalidad por la Universidad de Harvard)

Como botón de muestra de lo anteriormente expuesto, en la vida cotidiana de mi hija adolescente y sus compañeros, no pueden vivir sin Internet y menos sin datos ni wifi, están permanentemente conectados siempre, estudian al mismo tiempo que tienen a la tableta de fondo reproduciendo en streaming cualquier contenido multimedia sino es así son incapaces de concentrarse, van al aseo con Instagram de compañero, cogen el sueño en la cama repasando el WhatsApp y se despiertan con la alarma del dispositivo móvil, no ven la tele sino a la hora que quieren reproducen los programas televisivos en sus tabletas, son multitarea ya que al mismo tiempo que están delante del televisor están chateando o navegando por el móvil y si se te ocurre cambiar de canal te gritan por qué cambias si estoy viendo ese canal, aparentemente no saben concentrarse en nada en particular. Su grito de guerra es ¡no sin mi móvil!.

Es el día a día de mi hija “digital”, sin embargo, yo como “analógico” por mi edad, trabajo todo el día delante de un ordenador atendiendo ininterrumpidamente e-mails, WhatsApps, mensajes y notificaciones que sabotean mi trabajo, en mi poco tiempo libre tengo el “mono” de consultar continuamente en mi iPhone la posible llegada de todo los inputs que interrumpen mi trabajo e incluso mi mujer se queja de que me comunico con ella más por WhatsApp que cara a cara. Necesitamos la lluvia constante de datos que no calan en nuestro cerebro, somos unos consumidores yonquis de información que entra por nuestros ojos y sale de nuestra mente tan pronto llega nueva mercancía informativa. En realidad, virtual y real se confunden, ha evolucionado el uso que las personas hacemos de las máquinas dándole cuasicualidades humanas que no poseen en realidad.


Francisco José Ricarte Trives


Bibliografía :
KEEN, A. : The cult of the amateur. 2008.
KEEN, A. : Digital vertigo: An Anti-Social Manifiesto. 2013.
KEEN, A. : The Internet Is Not The Answer. 2015.
TURKLE, S. : La vida en la pantalla.1997.
TURKLE, S. : The Second Self: Computers and the Human Spirit. 2005.
TURKLE, S. : Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other.2012.